"Islam" significa sumisión a la voluntad de Dios. Todo aquél que acepte y practique el Islam se denomina "Musulmán". El Islam no es una religión nueva, sino más bien la misma verdad que Dios ya reveló a través de Sus Profetas: el reconocimiento de la Unidad Divina del Dios Todopoderoso como Creador y Sustentador del universo y la sumisión total a Su Voluntad. Para un cuarto de la población mundial, el Islam es una religión y una forma de vida que rige todos los aspectos de su existencia: moral, espiritual, social, político, económico, intelectual, etc. Por lo tanto, el Islam tiene por objeto regular la relación mutua de las personas con su Creador, y también con su entorno, de una manera justa como desea el Creador. Más de 1,6 mil millones de personas de una amplia gama de razas, nacionalidades y culturas de todos los continentes del mundo, están unidos por la fe y la práctica islámica. Aproximadamente el 20% de los musulmanes viven en el mundo árabe y la mayor comunidad musulmana está en Indonesia. Gran gran parte de Asia y la mayor parte de África tienen población musulmana, mientras que a su vez pueden encontrarse minorías importantes en la Unión Soviética, China, América del Norte, del Sur y Europa. Los musulmanes profesan una religión de paz, misericordia, perdón, igualdad y tolerancia; y la mayoría de los musulmanes no tienen nada que ver con los sucesos extremadamente graves que recientemente se ha asociado a su fe en los medios de comunicación.
Los musulmanes creen en un solo Dios Único, Eterno, Absoluto e Incomparable, el Creador y Sustentador del universo; en Los Ángeles creados por El; en los Profetas que El envió, a través de los que Sus revelaciones fueron transmitidas a la humanidad; en la Vida Ultraterrena, en el Día del Juicio Final y en en las cuentas que deberán rendir por sus acciones en esta vida; en la autoridad completa de Dios sobre el destino humano. Los musulmanes creen en una cadena de profetas comenzando con Adán y Enoc, Noé, Abraham, Ismael, Isaac, Lot, Jacob, José, Moisés, Aarón, Ezequiel, David, Salomón, Elías, Eliseo, Jonás, Zacarías, Juan Bautista, Jesús y Mahoma (la paz sea con todos ellos). Los musulmanes aceptan la Torá original sin modificaciones de Moisés, el Evangelio original de Jesús y los Salmos originales de David, puesto que todos ellos fueron revelados por Dios. Sin embargo, ninguna de estas escrituras originales se conserva en nuestros días completas. Los musulmanes deben seguir la revelación siguiente, final y conservada de Dios: el Corán.
Alá no es el Dios de los musulmanes solamente, sino el Dios de todas las personas y de su creación. Alá es el nombre personal de Dios, y los musulmanes prefieren utilizar la palabra árabe "Alá" para Dios porque no tiene ningún género o plural. En las traducciones al inglés de textos árabes, generalmente hacen referencia a "Alá" como "El", porque no cuentan con un pronombre neutro, pero no quiere decir que Dios sea "masculino". El Islam enseña que Dios es afectuoso, misericordioso, compasivo y perdonador. También nos enseña que Dios es justo y rápido en el castigo. Los musulmanes creen que la misericordia de Dios prevalece sobre Su ira, y por tanto intentan llegar a un equilibrio entre el miedo y la esperanza, protegiéndose de la complacencia y de la desesperación. Alá posee muchas cualidades (nombres) que son únicos y que solo se le pueden aplicar a El. No hay ningún otro ser que comparta estas cualidades. Los siguientes son algunos de estos nombres: el Misericordioso, el Compasivo, el Afectivo, el que Todo lo Sabe, el que Todo lo Oye, el Protector, el Proveedor, el Eterno, el Perdonador, el Justo, el Poderoso, el Origen de la Paz y el Verdadero.
Mahoma es el último siervo y el mensajero de Dios. Nació en La Meca, una ciudad de Arabia, en el año 570 d.C. Su padre murió antes de su nacimiento y su madre murió poco después. Fue su tío, miembro de la respetada tribu de los Quraysh quien lo crió. Cuando creció, fue conocido por su veracidad, generosidad y sinceridad, hasta el punto que lo buscaban por su habilidad para mediar en conflictos. Los historiadores lo describen como una persona calmada y meditativa. Mahoma tenía un profundo carácter religioso, y durante mucho tiempo detestó la decadencia espiritual y moral de su sociedad. Tenía el hábito de meditar de vez en cuando en la Cueva de Hira en la cumbre de la montaña Jabal an-Nur, cerca de La Meca. A la edad de 40, mientras se había retirado a meditar, Mahoma recibió su primera revelación de Dios a través del Arcángel Gabriel. Mahoma fue el último mensajero de Dios para toda la humanidad. Él era humano (no divino) y los musulmanes no adoran a Mahoma ni le rezan. Los musulmanes veneran única y directamente al Creador Omnisciente e Invisible.
Las dos fuentes principales de las enseñanzas islámicas son el Corán y la Sunna. El Corán es la última palabra de la revelación de Dios a la humanidad, y es la fuente principal de fe y de práctica de todos los musulmanes. El Corán se refiere a todos los temas que atañen a los seres humanos: el acompañamiento espiritual, las leyes, el culto, las lecciones del pasado, la sabiduría y la ciencia. Pero principalmente trata la relación entre Dios y Sus criaturas en esta vida y en la venidera. También proporciona directrices para una sociedad justa, una conducta humana adecuada y un sistema económico equitativo. La Sunna recoge las costumbres y los ejemplos del Profeta Mahoma (la paz sea con é) y es la segunda autoridad para los musulmanes. La Sunna es una colección de "hadices", que son narraciones transmitidas y totalmente fiables de lo que el Profeta Mahoma (la paz sea con el) dijo, hizo o aprobó. Ejemplo de un hadiz- el Profeta Mahoma dijo: "Dios no tiene piedad con quien no tiene misericordia con los demás." (Sahih Bukhari y Muslim) Otro hadiz: el Profeta Muhammad (la paz sea con el) dijo: "Ninguno de vosotros es un creyente verdadero hasta que no le desee a su prójimo lo que desea para sí mismo." (Sahih Bujari y Muslim)
El Corán es la palabra de Dios y su último mensaje (testamento) a la humanidad. Es un registro de las palabras reveladas por Dios a través del Árcángel Gabriel al Profeta Mahoma) en un periodo de 23 años (610-632 d.C.). Mahoma lo memorizó y lo dictó a sus Compañeros, y posteriormente hubo escribas que lo escribieron durante su vida. El Profeta Mahoma tuvo muchos encuentros con el Arcángel Gabriel para repasar el Corán y garantizar su estructura y su corrección antes de la muerte del Profeta. Desde los tiempos del Profeta hasta nuestros días, millones de musulmanes han memorizado el Corán letra a letra, desde el principio hasta el final, cada palabra y cada sílaba. Todos los musulmanes recitan con precisión los capítulos del Corán de memoria en cada una de sus oraciones diarias. El Corán tiene poco más de 6.000 versículos agrupados en 114 capítulos. Ni una sola palabra de sus 114 capítulos se ha cambiado con el paso de los siglos, asegurando en cada detalle un texto único y milagroso. El Corán no tiene cambios ni contradicciones. El texto original en árabe no se ha cambiado nunca ni se ha manipulado. Los manuscritos árabes del siglo VII se han preservado hasta hoy. Los que suelen visitarse más se encuentran en el museo de Hast Imán en Taskent; en el Museo de Topkapi en Estambul; en el Museo del instituto Oriental en Chicago; y en el Instituto de Estudios Orientales en e S. Petersburgo.
Desde la perspectiva del Islam, todas las religiones pueden agruparse en dos categorías: (1) Las religiones celestiales - el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam son religiones que comparte el mismo origen divino que desciende de las tradiciones monoteístas del Profeta Abraham (la paz sea con él). En sus formas más puras, todas estas tres religiones tienen los mismos principios básicos de fe y culto. A los judíos y a los cristianos se les conoce como "La Gente del Libro" en muchos versículos del glorioso Corán. Significa que son personas que siguen las escrituras divinas, es decir, la Torá y el Evangelio. Sin embargo, ambos textos en su forma presente no contienen los mensajes originales de sus respectivos Profetas, Moisés y Jesús (la paz sea con ellos). Por consiguiente, el islam considera que los judíos y los cristianos modernos se han desviado de las enseñanzas originales de Moisés y Jesús (la paz sea con ellos); (2) Otras religiones- Con respecto a otras religiones distintas al Judaísmo y al Cristianismo, el Islam las entiende como religiones que no tienen relación con las tradiciones abrahamicas. Estas religiones se han desviado mucho de su culto al Dios Único y Verdadero, Alá, y Le han asociado otros dioses.
Los seis dogmas de fe representan el conjunto básico de creencias que cada uno debe tener para considerarse musulmán. Y son los siguientes: (1) La creencia en el Monoteísmo – es decir, que solo hay Un Dios y que Sus cualidades son extraordinarias y no pueden compartirse con ningún otro ser. Dios es eterno, no engendra, ni es engendrado y no hay nadie ni nada que pueda comparase con El, (2) La creencia en los Ángeles que son agentes espirituales de Dios; (3) La creencia en todas las escrituras originales que le fueron reveladas a Sus Profetas, incluyendo las revelaciones que recibieron Moisés, David, Jesús y Mahoma (la paz sea con ellos); (4) La creencia en todos los Profetas de Dios a quienes El envió a distinta gente en diferentes momentos; (5) La creencia en la Vida Ultraterrera, en el Día del Juicio Final, en El Más Allá, el Paraíso Eterno y en las Llamas del Infierno; y (6) La Creencia en el Decreto Divino (o en el Destino) que dicta que cada cosa que sucede en el universo, lo hace con el conocimiento y permiso de Dios.
En el Corán la "fe" está vinculada a la realización de los "actos justos”. Por tanto, para un musulmán no es suficiente con tener fe; el creyente tiene que poner su fe en práctica. Hay cinco pilares de culto que uno debe emprender esforzándose al máximo para ser un verdadero musulmán. Los Pilares del Islam son los siguientes: (1) La "Shahada" o el testimonio de la Unidad de Dios y su Profeta Mahoma (la paz sea con el); (2) La "Salaa" o las oraciones obligatorias formales que se efectúan cinco veces al día para crear un vínculo con el Creador y alimentar el alma. Los creyentes rezan al alba, al mediodía, a media tarde, tras la puesta de sol y al caer la noche , lo que refleja el ritmo de todo el día; (3) El "Zakat" o la limosna obligatoria que suele ser del 2.5% de los ahorros anuales o de la riqueza acumulada que debe entregarse a los necesitados para la purificación de nuestra riqueza y de nuestra alma, (4)"Sawn" o el ayuno que se realiza durante el día en el mes de Ramadán para la purificación propia, el auto control y la cercanía a Dios. El ayuno significa la abstención de comida, bebida y relaciones íntimas con el esposo o esposa. A los que no puedan ayunar, se les permite no hacerlo y recuperar esos días de ayuno en otro momento; (5) El "Hajj" o peregrinación a La Meca al menos una vez en la vida, para quien pueda permitírselo física y económicamente. Los ritos del “Hajj” tienen origen abrahámico. Abraham y su primer hijo Ismael reconstruyeron la “Ka’aba” en La Meca (antes solía llamarse Baka); como el primer lugar de culto de la tierra. En el Antiguo Testamento también se hace referencia a los creyentes que visitan la Casa de Dios en el Valle de Baca (Salmo 84:4-6).
El Corán contiene muchas referencias a la vida ultraterrena y al Paraíso eterno para los que hayan sido creyentes y hayan actuado de manera justa. El Corán dice: "¡La parábola del Jardín que se promete a los justos! Bajo el que fluyen los ríos. El fruto es perpetuo al igual que la sombra. Ese es el final de los Justos..." [Corán 13:35] El Cielo en el Islam se describe principalmente en términos físicos como un lugar con espléndidos jardines donde cada deseo que se pide se cumple inmediatamente. Los textos islámicos describen la vida inmortal en el cielo como una vida feliz y pacífica; donde no habitan dificultades, envejecimiento, enfermedades o emociones negativas. Aquellos que moran en el cielo se mantienen jóvenes, visten prendas caras, participan en banquetes exquisitos y descansan en sofás con incrustraciones de oro y piedras preciosas Los habitantes se regocijarán con la compañía de sus padres, esposos y esposas e hijos. El Paraíso tiene niveles, y el nivel más alto se denomina "Firdaus" a donde irán los Profetas, los Veraces, los Mártires y otras Piadosos. Se dice que los niveles más bajos del Cielo son cien veces mejor que la mejor vida en la tierra. Los Ángeles construyen palacios en el Paraíso de oro macizo para quien los habite.
Existen muchas cosas en común en cuanto a las creencias y la práctica religiosa entre el Islam y el Cristianismo. Sin embargo, existen también algunas diferencias. Las diferencias principales son: (1) El Islam predica la Unidad Divina de Dios y rechaza el concepto de la trinidad divina; (2) Los musulmanes creen en Jesús (la paz sea con el), pero como siervo y Profeta de Dios; y no como un hijo divino de Dios; (3) En el Islam, todas las personas nacen limpias (sin pecado) y con la tendencia a someterse a Dios Todopoderoso; (4) El Corán deniega que Jesús (la paz sea con el) muriera crucificado, aunque se intentó hacerlo, pero Dios lo protegió y se lo llevó con El; (5) El Islam rechaza "la expiación y la redención vicaria" (por ejemplo, que la sangre de Jesús en la crucifixión se haya usado como pago a Dios de los pecados humanos). En su lugar, el Islam enseña la "Ley de responsabilidad personal" por la que toda la humanidad es capaz de ejercer su libre albedrío y son responsables de sus actos en este mundo, y que el Día del Juicio Final responderá ante Dios por cada palabra, pensamiento y acto. En consecuencia, la práctica del musulmán se dirige siempre a un comportamiento correcto. Sin embargo, Dios es perdonador y misericordioso y ha prometido perdonar todos los pecados a quien se arrepienta sinceramente ante El y actúe justamente.
El Islam le concede a la mujer numerosos derechos tanto dentro como fuera del hogar y en la sociedad. Entre ellos se encuentran el derecho a ganarse la vida, al soporte económico, a la educación, a la herencia, a la dote, a un trato digno, al voto, a conservar su nombre de soltera, a elegir a sus espesos, el derecho a culto, a ser testigo y a participar en servicios públicos. Las mujeres no están oprimidas en el Islam y cualquiera (personas o gobiernos) que opriman a las mujeres o no les confieran sus derechos como dicta el Corán y la Sunna, no estarán siguiendo enseñanzas islámicas. Entre las muchas enseñanzas del Profeta Mahoma (la paz sea con el) que protegen los derechos y la dignidad de las mujeres se encuentra el siguiente dicho: "... los mejores de vosotros son los que mejor (con más amabilidad) tratáis a vuestras mujeres." Las mujeres tienen libertad a la hora de elegir a sus esposos y los matrimonios forzados están prohibidos en el Islam. Esta es una práctica ilegal que no debería confundirse con los matrimonios acordados, que es una práctica que prevalece en algunas sociedades islámicas. El divorcio justo y apropiado está permitido; aunque se aconseja buscar la reconciliación. La poligamia está permitida en el Islam, pero se restringe a un máximo de cuatro esposas y se regula bajo condiciones muy estrictas para asegurar la justicia y la equidad entre todas las mujeres y sus hijos. La poligamia se permitía en el Cristianismo y en el Judaísmo sin ningún tipo de restricciones. La circuncisión femenina, "el asesinato de honor", y otras formas de mutilación del cuerpo y de violencia contra las mujeres (jóvenes o ancianas) están prohibidos en el Islam.
En el Islam, la palabra "Jihad" no significa "Guerra Santa" como suele aparecer en los medios de comunicación. De hecho, fueron los Cruzados los que introdujeron el término "Guerra Santa" en la Edad Media. La "Jihad" en el Islam significa esfuerzo, principalmente el esfuerzo interior que perdura para someter nuestros propios deseos a los deseo de Dios Todopoderoso. Este esfuerzo podría conllevar un esfuerzo físico en algunas situaciones como las de defensa propia o cuando nos enfrentamos a la opresión intentando someternos al deseo de Dios, o bien el esfuerzo contra un regidor tirano. Pero existen muchas otras formas de "Jihad” que son más relevantes en la vida diaria de un Musulmán (y para cada ser humano en ese tema), como pueden ser los esfuerzos contra la pereza, la arrogancia, el egoísmo, el propio ego, la intolerancia, los complejos sociales, el prejuicio, la enfermedad, la pobreza o contra las tentaciones de Satanás. Otro malentendido sobre el Islam concierne a la apostasía. Los medios de comunicación retrataran la apostasía (renuncia a la fe) en el Islam como algo que debe castigarse con la muerte, cosa que es contraria a los principios fundamentales coránicos sobre la fe: "No debe existir coacción en la religión." (Corán 2:256). El castigo se determina solo en el contexto de los que se unen al enemigo en la guerra, hecho que concierne más a la "traición a la seguridad nacional" que a la apostasía. La traición se castiga severamente incluso en los estados seculares modernos.
El Islam es probablemente la religión más igualitaria racialmente de todas las religiones principales. El Hinduismo tiene una "sistema de castas" que organiza la división del trabajo y del poder en clases sociales. El Judaísmo mantiene la doctrina de "la gente elegida" que con frecuencia se ha interpretado de manera genealógica. El Cristianismo tiene una larga historia de segregación racial, incluyendo la segregación racial de las iglesias. El Islam enseña que los seres humanos se han creado de un par individual que ha llegado a convertirse en naciones y tribus para que pudieran conocerse; el mejor de vosotros es el más temeroso de Dios. Y el Profeta Mahoma (la paz sea con el) le dijo a sus seguidores: un árabe no es superior a quien no lo sea, un blanco no es superior a un negro, salvo que lo sea en piedad y virtudes. Los Compañeros de Mahoma provenían de distintas culturas, lo que incluye a los persas Salman Farsi y a Bilal Rabah, que habían sido esclavos abisinios. El Islam condena el odio racial y destaca el camino de la igualdad y la hermandad humana. El Islam le añade a la ética global la doctrina de la igualdad racial que se remonta a hace catorce siglos.
Los musulmanes son más de 1.6 mil millones de personas en todo el mundo formadas por una amplia variedad de razas, nacionalidades y culturas. Es natural que se espere que toda esa gente haya traído una diversidad de culturas al Islam. Sin embargo, los principios islámicos tal y como se presentan en el Corán y en la Sunna, preceden a las prácticas culturales. La regla del pulgar: si una práctica cultural puede ajustarse al Corán y a la Sunna, entonces se puede aceptar en el Islam; pero si una práctica cultural entra en conflicto con el Corán y la Sunna, el Islam la rechazará. Desafortunadamente, hay muchas sociedades islámicas que todavía practican algunas culturas ancestrales que no están de acuerdo con el Islam y con las enseñanzas islámicas. Por ejemplo, podríamos citar a los matrimonios forzados, la circuncisión femenina, el asesinato de honor y toda forma de subyugación femenina. Ni el Corán ni la Sunna autorizan ninguna de estas prácticas, y por lo tanto son anti- islámicas. Cualquier observador del Islam y de los musulmanes necesita diferenciar las enseñanzas islámicas prístinas tal y como fueron reveladas por Dios Todopoderoso de cualquier distorsión cultural que pueda practicarse por uno pocos de musulmanes desinformados y descarriados. Se entendería como correcto juzgar a los musulmanes que no sigan su religión, pero no deberíamos juzgar al Islam basándonos en la conducta inapropiada de unos cuantos musulmanes.
El Islam no se extendió por medio de la "espada" como de forma errónea clama la literatura occidental. En realidad se extendió por medio de la "palabra" (las enseñanzas islámicas y el ejemplo de sus devotos seguidores.). El Corán insiste: "NO debería haber coacción en la religión." (Corán 2:256) "Si vuestro Señor hubiera querido, todas las personas en la tierra hubieran sido creyentes. ¿Por qué debería entonces tu (Mahoma) forzar a la gente para que sean creyentes?" (Corán 10:99) "Para cada uno de vosotros hemos prescrito una ley y un camino claro. Si Alá lo hubiera querido, os habría convertido en una sola comunidad..." (Corán 5:48). La ley islámica prohíbe las conversiones forzadas y las considera inválidas en el caso de que se llevaran a cabo. Es verdad que la influencia política de los gobernantes musulmanes a lo largo de la historia se ha conseguido a través de la guerra, pero este hecho debería distinguirse claramente de la expansión espiritual de la fe islámica. Nunca ha existido una "Inquisición" islámica ni una "cruzada" islámica; que se hubiera fijado para masacrar a los que no fueran creyentes o bien los convirtiera a la fuerza, como ocurrió en el Cristianismo de la Edad Media. Tampoco existió un ejercito islámico que llegara hasta Indonesia para convertir a la gente, pero Indonesia es hoy en día la comunidad islámica más grande del mundo. Por tanto, el fin del gobierno islámico no ha sido imponer el Islam, sino más bien eliminar la opresión, la intolerancia y así poder traer la libertad religiosa. Los primeros musulmanes trajeron tolerancia religiosa y pluralismo a muchas minorías de judíos y de cristianos, que antes habían sido victimas de persecuciones amargas del Imperio Bizantino y del Imperio Sasánida.
Los fundamentalstas y extremistas islámicos son estereotipos falsos perpetrados por la desinformación y la distorsión acerca del Islam y de los musulmanes por los medios de comunicación. El extremismo se condena en el Islam, ya que significa una desviación de la moderación de las enseñanzas islámicas o del método correcto que debe seguirse para su aplicación. Sin embargo, hay que puntualizar que habitualmente los extremismos religiosos son una expresión de rabia y resentimiento de unos pocos contra la opresión y la persecución que puede afectar a cualquier comunidad religiosa. Empero, sigue siendo inaceptable en el Islam. El término "fundamentalista" refleja la intención de los medios de comunicación de estigmatizar a los musulmanes que se adhieren a los principios fundamentales del Islam y que hacen que su vida siga los mismos patrones. Mientras que los judíos practicantes se conocen en los medios de comunicación como "ortodoxos", y los cristianos, hindúes o budistas aparecen como "devotos", las referencias a los musulmanes conllevan el sentido peyorativo de "fundamentalista". La verdad del asunto es que en cualquier religión, cualquier persona que se adhiera a los principios fundamentales de su religión es un fundamentalista, y el que no lo haga, es un hipócrita.
Las comunidades no-islámicas que típicamente han florecido bajo el gobierno islámico, han podido mantener sus lugares de culto, sus costumbres y leyes principales, principalmente por la tolerancia religiosa y pluralista del Islam. Un buen ejemplo de ello es el siguiente: Los hindúes en Mughal, India, los cristianos y los judíos en Al-Andalus, y los Coptos en Egipto. Los ciudadanos judíos y cristianos de un Estado Islámico tenían el nombre de "Dhimmi" o "protegidos". El Profeta Mahoma (la paz sea con el) dijo, "Quienquiera que oprima a cualquier judío o cristiano que tenga el estatus de "Dhimmi", me tendrá a mí como su adversario." Un ciudadano "Dhimmi" está exento del pago del "zakat" y de enrolarse en el ejército. Los ciudadanos "Dhimmi" también disfrutaban del derecho a establecer sus propias leyes para asuntos de naturaleza personal como el matrimonio, el divorcio y la herencia, que se adjudicaban a un juez de su propia religión. A cambio de la protección que disfrutaban, sobretodo de su vida y de su propiedad, los ciudadanos "Dhimmi" pagaban un impuesto relativamente bajo (comparado al "Zakat"), conocido como "jizya". La Ley Islámica también confirma el derecho de los que no eran musulmanes a participar en procesos políticos y a ser nombrados para ostentar cargos. Antes de la aparición del Sionismo político, los historiadores judíos consideraban con agradecimiento la historia de los judíos bajo el gobierno en España, Portugal y Egipto con su edad dorada. A cambio y como gran contraste, la historia presenta la Europa medieval con persecuciones frecuentes a las minorías religiosas, especialmente a los llamados judíos y cristianos "herejes".
Los valores democráticos que se basan en la justicia están presentes en el Islam desde hace 1400 años. Estaban arraigados en prácticas culturales y religiosas que se han perdido a lo largo de la historia. La historia muestra la participación activa de la gente con los líderes de su época, desde los tiempos del Profeta Mahoma (la paz sea con él), ya que estaba dirigido por Dios para buscar la "Shura" o "consulta mutua" de sus seguidores y compañeros. Michael Hamilton Morgan en su obra Lost History dice: " "Shura" fue una de las tradiciones que Mahoma (la paz sea con el) valoraba, puesto que según esta tradición, las decisiones que afectaban a la comunidad debían consultarse con los miembros de la comunidad." De hecho, un capítulo del Corán se denomina "as-Shura", refiriéndose al versículo que dice que aquellos que estén cerca de Dios deberían llevar sus asuntos de modo que los consulten con el resto." "Shura" es un parte crucial del sistema político islámico que permite que la gente común participe en el proceso de toma de decisiones. Dios ordenó que se siguiera la "Shura": "Aquellos que atiendan a su Señor, y sigan una Oración regular; aquellos que conducen sus asuntos por consulta mutua; aquellos que gastan lo que les hemos concedido para el sustento." (Corán 42:38) Omar ibn Khattab, el segundo Califa, dejó en especial un legado de liderazgo democrático. Una vez que asumió su papel como Segundo Califa dijo: "En el desempeño de mis deberes, buscaré la guía del Corán, y seguiré los ejemplos del Profeta y de Abu Bakr (el Primer Califa). En esta tarea os pido vuestra ayuda. Si sigo el sendero apropiado, seguidme. Si me desvío del sendero apropiado, corregidme para que no nos descarriemos."
El terrorismo, como violencia injustificada y asesinato de gente inocente está totalmente prohibido en el Islam. El Islam es un modo de vida lo que conlleva la búsqueda de la paz para la sociedad. Las acciones extremas de aquellos que dicen que son musulmanes, podrían resultar, entre otras cosas, de su ignorancia y rabia incontrolada. Los gobernantes tiranos y los que se comprometen con actos de terror en nombre del Islam simplemente no saben lo que es el Islam. Esos individuos o grupos tienen sus propios puntos de vista y sus agendas políticas. Los musulmanes fanáticos no representan al Islam y a sus enseñanzas más que los extremistas cristianos, judíos, budistas o hindúes representan a sus religiones. Los perpetradores de violencia no encajan en ningún estereotipo y existen en todas la religiones, a pesar de que los medios de comunicación elijan de manera singular al Islam. Los que no valoran la vida humana y tienen poder para malgastar la vida de las personas, aparecen en distintos niveles en nuestra sociedad. El empleado frustrado que mata a sus colegas a sangre fría o el ciudadano oprimido en una zona ocupada que vierte su rabia volando un autobús escolar es el terrorista que nos provoca rabia. Sin embargo, los políticos que desencadenan guerras étnicas o bien ordenan bombardear ciudades enteras; o las fuerzas internacionales que inducen a millones de civiles hasta la muerte utilizando armas de castigo raramente se ven culpados por el terror que causan. Hoy en día podría parecer que algunos países islámicos no son pacíficos por razones políticas, pero la mayoría del Mundo Islámico en el siglo veinte fue marcadamente pacífico. Los conflictos verdaderamente devastadores del siglo pasado, con su nivel sin precedentes de bajas militares y civiles, no han sido trabajo de los musulmanes. Habría que destacar también que en estos momentos las sociedades islámicas se ven mucho menos afectadas por el crimen doméstico que en algunas otras partes del mundo.
El Islam concede una gran importancia al conocimiento. Cuando el Corán empezó a ser revelado, la primera palabra que se oyó fue "Lee" o "Recita"- Alá dice "¡Lee! En el nombre de tu Señor que ha creado. El ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee! Y tu Señor es el Más Generoso. ¿Quién enseño por medio del cálamo? El le enseñó al hombre lo que no sabía (Corán, 96: 1-5) El conocimiento es por tanto el punto de partida de cada actividad humana en el Islam. Alá creó a los humanos y les dio herramientas para que adquiriesen conocimiento. Alá dice: " Y Alá os hizo salir del viente de vuestras madres y no sabíais nada. Y os dio el oído, la vista y un corazón para pudierais agradecer (A Alá)" (Corán 16:78). Las personas con conocimientos se respetan mucho en numerosas de las narraciones proféticas. Dada la importancia del conocimiento, Alá le pidió a Su Mensajero que lo buscara. Alá dice:" Y Decid: ¡Oh mi Señor! Concédeme más conocimiento" (Corán 20:114) El Profeta hizo que la búsqueda del conocimiento fuera una obligación para cada musulmán. También dijo que la búsqueda del conocimiento es una forma de llegar al Paraíso. Dijo "Quienquiera que siga el camino para buscar el conocimiento, Alá facilitará su camino al Paraíso". Ninguna otra religión ha llegado tan lejos afirmando el dominio de la razón y del aprendizaje sobre el resto de las manifestaciones de la vida humana. Por esta razón la historia refleja mayores desarrollos científicos y tecnológicos en el Mundo Islámico entre los siglos VII y XVII, en comparación con Occidente que estaba inmerso en los Años Oscuros.
El sistema económico islámico no tiene que ver solo con la cantidad de producción y consumo, las organizaciones de las actividades económicas y mercados, el papel del dinero y de la banca; y las políticas fiscales y monetarias. Este sistema hace una llamada a la aplicación de la moral islámica y de los valores éticos a todas las actividades y normas económicas. Dicha moral islámica y valores éticos incluyen la prohibición de la usura, los intereses, el engaño, la injusticia, la desinformación, las hordas, el monopolio, la corrupción y otras cosas similares en las transacciones económicas. También busca llegar a encontrar el equilibrio entre los beneficios personales y los sociales, las ganancias espirituales y las materiales, los ingresos y las donaciones sociales. El Islam enseña que Dios ha creado provisiones para cada persona a la que le ha dado vida, y por tanto, la competencia por los recursos naturales que presumiblemente existe entre las naciones del mundo es una ilusión. La motivación para los humanos recae en el descubrimiento, la extracción, el procesamiento y la distribución de estos recursos de forma justa y equitativa. Todo en el Islam comienza con la creencia en Dios como el Creador, el Sustentador y el Soberano del universo. Dios creó a los humanos en la tierra como Sus consejeros y espera que vivan conforme a los valores éticos y morales que El Mismo facilitó. Para alcanzar la responsabilidad del fideicomisario, Dios ha hecho que todas las cosas del universo sirvan a la humanidad. Sin embrago, los humanos no tienen carta blanca para utilizar y abusar de estos recursos, porque deberán responder de su uso ante Dios el Día del Juicio Final.
El Islam aporta un guía de lo que exactamente se considera lícito y por tanto "halal" para el consumo, y de los que es ilícito y "haram" para su consumo. A través de Su sabiduría divina, Dios ha dictado que es ilícito el consumo de carne de animales que no se hayan sacrificado siguiendo el rito islámico (contándoles la garganta con un cuchillo afilado a la vez que se invoca el nombre de Alá). También dijo que era ilícito el consumo de ciertas carnes como la de carroña, la sangre, el cerdo o la carne de animales que hubieran sido estrangulados, golpeados o se hubieran caído (antes de su muerte), o bien devorados por bestias de presa. A su vez consideró ilícito el consumo de animales que se hubieran sacrificado en el nombre otro que no fuera Dios (por ejemplo cuando se sacrifican animales en sacrificios idolatras). La siguiente lista representa una guía general en lo que respecta al consumo de comida para los musulmanes: El alcohol: todos los tóxicos y drogas narcóticas son ilícitas, la sangre y los productos hechos con sangre. La sangre es el fluido de limpieza circulatoria del cuerpo y no es apta para consumo; los anímales carnívoros, las aves de rapiña, los carroñeros, los animales que no se han sacrificado debidamente, están enfermos o mueren antes de que se sacrifiquen de manera lícita; los cerdos y productos del cerdo y/ o sus derivados son ilícitos; los alimentos contaminados con cualquiera de los productos que se han mencionado anteriormente o bien con "impurezas" de su procesamiento, como pudiera ser su estiércol, orina, excrementos, fluidos infectados o pus, que también se consideran ilícitos.
Las mujeres musulmanas llevan el velo islámico (o "hijab") para cumplir con el decreto de Dios de que vistieran con modestia. El Islam valora la modestia como una de las virtudes más importantes en ambos géneros y como un camino para aumentar la dignidad humana. En muchas de las sociedades islámicas, es costumbre que tanto el hombre como la mujer muestren solo el rostro y las manos fuera de su hogar. Los hombres visten de forma típica un turbante o gorro y las mujeres el velo. En casa, los códigos de vestimenta suelen ser muy relajados. El "hijab" sirve para identificar a cada mujer que intenta seguir las instrucciones de Dios en su vida diaria. El "hijab" no es solamente un atuendo que cubre la cabeza, sino lo que es más importante, conlleva la conducta, las formas, el discurso y la forma de aparecer en público. Las mujeres que se comportan adecuadamente a lo largo de la historia han utilizado este atuendo como un tipo de vestimenta de modestia. Podría destacarse a la Virgen María y a las Monjas Católicas. Los musulmanes no ven el velo islámico como un símbolo de opresión, sino más bien de libertad. Cuando se visten con modestia y dignidad, es más fácil tanto para el hombre como para la mujer tratarse de forma seria y no juzgarse de manera superficial basándose en su apariencia física. El despliegue público del cuerpo puede enriquecer a la moda, a la industria cosmética y al negocio de los medios de comunicación, pero margina de forma opresiva a otros muchos en la sociedad. Las mujeres musulmanas que visten el "hijab" suelen parecer misteriosas a los que no tienen ninguna relación con el significado religioso de la vestimenta modesta. Esta aura de misterio podría desaparecer solo si sus creencias, sistemas de pensamiento y estilos de vida se exploraran y se comprendieran de forma genuina. Deberíamos destacar también que el uso del velo en las mujeres no es exclusivo de las normas islámicas; también se prescribió en otras Escrituras.
Los musulmanes sean de la secta que sean (madh’hab), cumplen los "seis dogmas de fe" y los cinco pilares del Islam" que hemos mencionado anteriormente, que representan los principios básicos de la creencia y de la práctica de los musulmanes. Todos los musulmanes adoran al mismo Dios Todopoderoso, siguen al mismo Profeta y se guían por el mismo Libro. La escisión más grande en el Islam se produjo tras la muerte del Profeta Mahoma (la paz sea con él) debido a lo siguiente: ¿quién debía liderar a la Nación Islámica tras la muerte del Profeta? El grupo que finalmente se conocería se conocía como "Shiite" (Chiita), argumentaba que la persona que liderara a la Nación Islámica tras la muerte del Profeta debía pertenecer a su familia. El resto de los musulmanes estaban de acuerdo con que el líder podría nombrarse tras nominar a un candidato cualificado que fuera alguien con conocimientos, piadoso y tuviera cualidades de líder. A este grupo se le conoció como "Sunnis" (Sunníes). El primero de los tres Califas (Abu Bakar, Omar y Othman), que lideró la Nación Islámica tras la muerte del profeta no pertenecía a la familia del Profeta. El cuarto Califa (Ali) si que era primo del Profeta. Por tanto, el asunto que indicamos para la formación del "madh’habs" era meramente político, y no religioso en sí. Tras el paso de los años, el "madh’habs" pasó a reflejar las distintas "escuelas de jurisprudencia" en el proceso de derivación de las normas islámicas para varias prácticas desde el núcleo de la evidencia. A pesar de la apariencia del drama exterior de las diferencias y los conflictos entre "madh’habs", los musulmanes han mantenido una actitud que no deja ser de tolerancia sectaria, respeto, hermandad y cohesión intelectual. En la mayoría de los casos, los musulmanes de afiliaciones sectarias distintas rezarían en las mismas mezquitas, detrás de los mismos Imanes (las personas que dirigen a los Fieles musulmanes), aprenderían de los mismos sabios, se casarían entre ellos y vivirían en paz y armonía, juntos en las mismas comunidades.
El Islam es una religión de moderación y la comunidad de creyentes ("Ummah") se describe como "la comunidad de la moderación", al contrario de como se muestra por los medios de comunicación en la actualidad. Se espera que los musulmanes mantengan un equilibrio delicado entre sus dos extremos: el terrenal y el espiritual, el laboral y el de relajación, el del orgullo y la humillación, el de la extravagancia y el de la frugalidad, incluso el del hambre y la saciedad. La religión busca un bonito equilibrio en todas las esferas de la vida. El Islam les pide a los creyentes que cumplan ciertos deberes y obligaciones, pero siempre hay excepciones para los que no pueden hacerlo. Tenemos prohibido comer productos del cerdo, salvo en caso de necesidad extrema. Debemos rezar de pié, salvo que estemos enfermos, o seamos demasiado mayores o débiles, casos en los que podemos hacerlo sentados o tumbados. Sobretodo, el Islam acomoda las distintas necesidades y situaciones a todos los miembros de la sociedad en todos los lugares y momentos. Dios no va a imponer a nadie ninguna responsabilidad o carga mayor de la que él o ella pueda soportar. Este es uno de los principios centrales de la religión Islámica.
La "Sharia" Islámica se describe equivocadamente como la "Ley Islámica", lo que causa que se asuma que consiste principalmente en normas sobre delitos y penas severas. Sin embargo, la "Shariah" conlleva mucho más que una comprensión convencional de la ley. La "Sharia" es la guía práctica de los musulmanes para vivir y tiene sus raíces en las enseñanzas divinas del Islam. El propósito colectivo es facilitar justicia y beneficios. La "Sharia" se deriva del estudio de los eruditos de los textos islámicos (el Corán y la Sunna a través del razonamiento interpretativo, la analogía legal y el consenso de los eruditos). "La Sharia Alarmista" parece que está cobrando impulso en Occidente, donde los políticos se pelean por aprobar una legislación "anti-Sharia" para asegurar que ninguna ley de la "Sharia" pueda infiltrarse en sus sistemas legales. La verdad es que, la aplicación de la "Sharia" en Occidente solo es importante para la vida de las familias de musulmanes, y no puede considerarse de manera distinta a la Ley Judía y al Derecho Canónico Católico que actualmente cuentan con la autorización debida para funcionar en el occidente secular. Además, la "Sharia" solo sera vinculante para las partes cuando ambas acuerden someterse al tribunal de arbitraje de la Sharia, pudiendo este tribunal de arbitraje actuar únicamente en asuntos de familia relacionados con disputas conyugales, custodia de menores y herencias. Por desgracia, la mayoría de la gente que hablan apasionadamente contra la "Sharia" en realidad no la comprende y, por tanto, abordan esta cuestión desde la ignorancia.
Nadie puede negar el hecho de que en los últimos tres siglos, la herencia islámica ha ido en declive, y para saber su causa debemos remontarnos a la historia. En las primeras etapas del Islam, las naciones islámicas disfrutaron más de mil años gloriosos de riqueza, centros de formación, adelantos en la ciencia, la tecnología y obras públicas. Pero la riqueza y la excesiva preocupación por la vida mundana finalmente debilitaron la conciencia religiosa, lo que provocó la disminución de la progresión del aprendizaje y de la investigación Islámica y detuvo la influencia territorial y la expansión. El aumento de las potencias occidentales y la influencia del renacimiento marginaron a las naciones islámicas desde su posición dominante de liderazgo mundial. En ese momento, Europa estaba empezando a beneficiarse de los logros de la erudición islámica y a afirmarse a sí misma. La mayoría de las regiones islámicas del mundo fueron conquistadas, dominadas y explotadas por las potencias coloniales occidentales durante un tiempo. Incluso en la era poscolonial, las potencias occidentales siguen manteniendo su influencia en el desarrollo y en los recursos de las naciones islámicas. La timidez actual de las sociedades islámicas, su degradación política y el sufrimiento de su gente, a pesar de que cuentan con recursos tanto materiales como humanos en abundancia, los nobles valores del Islam y sus principios, son por desgracia una realidad. Sin embargo, si las sociedades islámicas no encuentran y defienden su potencial, seguramente no se debe al Islam; sino más bien se debe a su ignorancia sobre la religión y su fracaso a la hora de aplicarla y practicarla. El Islam nunca ha sido una barrera ni para el progreso ni para la ciencia.
Los musulmanes esperan paz, justicia y prosperidad en sus países y en el mundo. Esperan que se les devuelvan sus tierras ocupadas y que todas las personas desplazadas de sus casas puedan volver a sus hogares. Esperan que sus tierras se rijan por un gobierno islámico contínuo y verdadero. Esperan el regreso del verdadero espíritu musulmán de tolerancia, amor y paz. Esperan y rezan para que otros puedan conocer la realidad de su preciosa religión, y no caigan presa de estereotipos negativos de los medios de comunicación. La comprensión y el respeto mutuos entre las naciones son la llave para la paz mundial en nuestro mundo diverso, como dice el Corán: " ¡Hombres! Os hemos creado de un hombre y de una mujer, y os hemos convertido en naciones y tribus, para que podáis conoceros los unos a los otros. El más noble de vosotros a los ojos de Dios es el más temeroso de Dios. Dios todo lo sabe y está enterado de todo." “[Corán 49:13].